Cuando tengan en sus manos las botellas de los vinos de esta bodega, les sorprenderán en primer lugar sus etiquetas: son originales, poco habituales en vinos de Rioja sobre todo, un juego de pasatiempos. Pero lo que les complacerá especialmente es la buena relación calidad-precio de lo que encontrarán dentro de la botella:
vinos muy agradables al paladar, elegantes, vinos que agradan.
El secreto de esta joven bodega son sus viñedos, 31 hectáreas repartidas en 25 parcelas de características distintas, plantadas mayoritariamente con uvas de tempranillo pero también de garnacha y viura, con un mismo denominador común: uvas de gran calidad, cuidadas con paciencia y mimo durante cuatro generaciones por la familia Amurrio Barroeta en la localidad de Labastida, una de las mejores zonas de la Rioja Alavesa y que, a nadie sorprenderá leerlo, hasta la fundación de Finca de la Rica, eran cosechadas y vendidas a algunas de las mejores bodegas del lugar; la calidad de la fruta de algunas de estas parcelas es extraordinaria.
Finca de la Rica es ahora una nueva bodega, que elabora sus vinos de sus propios viñedos y que nace con el esfuerzo y el entusiasmo de cuatro socios: los hermanos Javier y Arturo Amurrio Barroeta, viticultores, y Luis López González e Ignacio Uruñuela de la Rica, dos apasionados del vino y la viticultura, con una larga experiencia comercial en el sector. De momento, han empezado con prudencia y sensatez, con tres vinos de gran calidad, que sitúan en una gama de precio de lo más asequible.
